El Solsticio de Verano y la Magia de San Juan: Una Noche de Fuego y Agua

Lectura estimada: 5-6 minutos

Nos acercamos a la noche más corta del año, donde el verano se instala con todo su esplendor. Estas fechas no solo marcan el inicio de la temporada estival, sino que también encierran una rica tradición de rituales de renovación, de conexión con la naturaleza y de fortalecimiento de los lazos comunitarios que se celebran desde tiempos remotos y precristianos, y que, algunos, te desvelaremos en este post.

En Somamor, estamos emocionados de compartiros este momento especial de celebración del año con dos eventos: nuestro Retiro de Presencia y Propósito del 22 al 24 de junio y la próxima Meditación guiada online del 21 de junio y abierta a todos.

La noche de San Juan, del 23 al 24 de junio, está totalmente vinculada al Solsticio de Verano, que normalmente sucede el 21 de junio, aunque este año, 2024, será el 20. Fue la Iglesia de Roma quien institucionalizó y se apoderó de este evento astronómico y cíclico anual con la celebración del nacimiento de San Juan Bautista. De todas formas, nos parece que es una celebración que ha mantenido sus raíces muy ligadas a la naturaleza y a tradiciones anteriores a la religión. De hecho, no celebramos el Solsticio de Verano como tal, pero si celebramos el San Juan, y de formas muy paganas y nada vinculadas a liturgias cristianas. El Solsticio de Verano y por consiguiente la noche de San Juan es el momento de la despedida de la primavera y la celebración de la entrada del verano, es un cambio de ciclo, un cambio de estación y hasta un cambio de vida.

Destacamos aquí como la tradición cristiana colocó las celebraciones de San Juan Bautista en el Solsticio de Verano y a San Juan Evangelista (27 de diciembre) en el Solsticio Invierno, simbolizando los cambios de energía anuales donde, por un lado, en la noche más corta, comienza a decrecer el día y por tanto la cantidad de Sol, y por otro, en la noche más larga comienza a crecer el día y la cantidad de horas de Sol, siempre en el hemisferio norte, claro.

Como veremos seguidamente, la noche de San Juan, es una celebración que une los elementos del fuego y el agua en la forma de las diferentes fiestas, actos, rituales y ceremonias existentes por toda Europa, y por extensión del mundo que bebe de la cultura precristiana. Igualmente podemos ver como la simbología que ofrece el bautismo a Jesús por San Juan Bautista fue mediante el agua en el río Jordán y donde apareció el Espíritu Santo otorgándole un bautismo de fuego.

El fuego, está claro, aparece en forma de las múltiples hogueras encendidas en plazas, casas, playas… Podemos decir que es el centro de la celebración que nos corresponde en este post. El fuego es más que una fuente de calor y luz; el fuego tiene un fin de protección, medicinal, renovador u oracular. El saltar sobre las llamas de una hoguera es una práctica común realizada en esta noche, donde se purifica el cuerpo y el alma, liberándolos de las energías negativas y renovando la energía vital. El reunirse y comer juntos alrededor del fuego, es motivo de numerosas celebraciones. Danzar girando alrededor del fuego, es otra de formas de celebrar este momento. Ahumarse, perfumarse y purificarse con el olor de hierbas secas de plantas medicinales. Además, en esta noche mágica, para garantizar tus propósitos, puedes escribir en un papel tus deseos, intenciones, proyectos… y arrojarlos a las llamas de la hoguera con la intención de que se hagan realidad. Por eso nuestro Retiro de Presencia para este fin de semana es un Retiro de Presencia y Propósito, donde a través de este ritual y otras actividades trabajaremos tu Propósito y como llegar a él. Otro aspecto muy popular del fuego, pero que evitamos, precisamente, en nuestro retiro, es el “fuego que se escucha”, el fuego realizado mediante fuegos artificiales que tiene el poder de alejar la mala suerte.

El agua, que es el otro elemento esencial en estas festividades, también tiene un papel crucial. Bañarse, mojarse, lavarse en ríos, mares o fuentes naturales en la madrugada del 23 al 24 de junio es una práctica que se sigue realizando en numerosos lugares. El agua de esta noche mágica tiene propiedades curativas y purificadoras, y bañarse en ella garantiza salud y bienestar para todo el año. Es común mojarse los pies en el agua a media noche, para hacer desaparecer los malos espíritus. Y otra costumbre es lavarse los pies y la cara tres veces para que se cumplan tres deseos y ser felices al año siguiente. También puedes sumergir en agua durante toda la noche hierbas y flores que has recogido durante el día, para que se impregnen del poder de la primera Luna del verano y del rocío, y hacer con ellas un amuleto en el que puedes impregnar tus intenciones y propósitos para que así se cumplan.

Así, el fuego y el agua se entrelazan en un equilibrio simbólico, representando la dualidad de la vida y de la naturaleza, y mediante la ritualización y el uso de estos elementos conseguimos la purificación, la sanación y la firme proyección de tu propósito.

Deseamos que en este San Juan tengas una auspiciosa entrada de verano, y que se cumplan todos tus propósitos.

     Alba y Salvador

NOTA: Para escribir este post nos hemos inspirado en el libro-manual de “La rueda de Izpania” de Marianna García Legar, y desde aquí queremos agradecerle su cometido y dedicación, y su generosidad.

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